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miércoles, 12 de julio de 2017

KAHTMANDU, EL VALLE DE LOS DIOSES

Hoy mi blog irá dedicado a Kahtmandu la capital de Nepal. Situada en el valle del mismo nombre en Nepal central, en las cercanías del río Vishnumati. La ciudad antigua se caracteriza por la gran cantidad de templos y palacios budistas e hinduistas y su enorme cantidad de imágenes de gatos, la mayoría de ellos del siglo XVII. Muchos de estos monumentos han sido por desgracia dañados por terremotos y la contaminación. La historia de Kahtmandú comienza en el año 185 dc cuando se encuentra, en el año 1992, una estatua de un varón datada del periodo Kushan. Pero no es hasta la época medieval donde realmente comienza la historia de esta ciudad, de este periodo son la mayoría de los templos. Katmandú fue gobernada por Licchavis y Mallas. Lichchavi época fue seguida por la era Malla. Los propios reyes estuvieron directamente involucrados o influenciados construcción de edificios públicos, plazas, templos, spourts agua, la institucionalización de los fideicomisos (llamado guthis ), la codificación de las leyes, la escritura de obras de teatro, orquestación de obras de teatro en las plazas de la ciudad. Durante este periodo el valle estuvo condicionado por la cultura de la India, Tibet, China, Europa. La terminación de Malla como confederación por el reino Gorkha marca el comienzo de la era moderna. Durante esta época Kathtmandú fue forjando lo que hoy se conoce como Nepal. La alianza de Bhimsen Thapa con Francia contra Gran Bretaña llevó al desarrollo de las modernas estructuras militares, como el cuartel moderno de Katmandú. Mi viaje comienza con mi llegada al aeropuerto, nunca hablo de ellos pero, el aeropuerto de Nepal me llamó mucho la atención. Lo primero que ves nada más llegar es un dios dándote la bienvenida y un lugar antiguo, de maquinaria arcaica, edificio no reformado en años, instalaciones de mediados de siglo y mostradores de facturación de madera, tenía la sensación de haber hecho un viaje al pasado, a los años 60. La terminal de llegada era un venir y devenir de portadores de maletas, paquetes... recuerdo el suelo lleno de polvo, medidas de seguridad precarias... Al salir de la terminal un mar de almas te llaman para llevarte a tu hotel o para hacerte de guías. Harto de que me toquen, llamen, griten... me decidí por una pareja de hombres que no tenían muy buena pinta pero que me dieron confianza, tras hablar de fútbol, típico en cualquier país del Mundo, llegué a mi hotel tras un laberinto de calles sin asfaltar y un tráfico que dejaba en buen lugar la manera de conducir de Egipto. Mi primer impresión ¡estaba en un país muy pobre!. El hotel era como cualquier cuatro estrellas de otra parte del Mundo, con su respectiva recepción, habitación amplia, limpia, con todas las comodidades, internet, servicio de botones... lo único negativo era la corriente eléctrica, ya que después del terremoto de abril de 2015, muchas de las estructuras de la ciudad se veían trastocadas. Tenía varias horas de luz debido a un generador, decir que el trato en el hotel fue muy bueno. Y lo mejor de todo, súper económico, la noche costaba alrededor de 10€ y si buscas bien incluso más barato. Las calles de la capital, son calles sucias, sin asfaltar, llena de animales, de excrementos, sin aceras en algunos puntos, la mayoría no tiene tendido eléctrico o simplemente dejó de funcionar con el terremoto, abarrotadas de turistas y residentes, hay mucha pobreza, gente tirada en el suelo, vendiendo lo que tiene e incluso haciendo de comer. Las principales avenidas son anchas, donde el tráfico es horrible, a un lado y a otro ves autobuses llenos de gente, incluso ves personas agarradas a sus puertas por afuera, taxis pequeños, blancos, tatas por todos lados, en casi todos los lugares no hay paso de peatones, ni señales de tráfico, sólo ves a un agente dirigiendo el tráfico en una especie de garita, el tráfico aquí se parece al de Egipto. También podemos ver miles de motos, triciclos como los de Japón... Los edificios son de tres y cuatro plantas, algunos sin fachadas, otros a medio terminar, pero todos llenos de carteles ofreciendo miles de cosas,cuando llega la noche, las principales calles del centro se llenan de luces de navidad, neones y bombillas, llenas de tiendas, es un océano de carteles, gente... es un caos que sólo ellos saben ordenar. En las tiendas puedes encontrar de todo, hay infinidad de imitaciones, sobretodo en la ropa de montaña, eso sí super barato, hay tiendas de regalos, de comida, de telares donde se muestran las auténticas cachemiras... bares, restaurantes, cafeterías e incluso discotecas, pero de lo que más hay en esta ciudad son los negocios de masajes, hay casas de masajes por todos lados y de todo tipo, los precios van desde los 10€ hasta los 60€ según el servicio y no hay final feliz¡¡¡. En cada pequeña plaza hay un mercado improvisado de verduras y frutas y en su centro alguna divinidad. En sus callejuelas podréis ver también carnicerías, sin ninguna higiene, pescaderías... e incluso veréis como los dentistas sacan los dientes a sus pacientes bajo unas medidas dignas de la primera Guerra Mundial, en todas las clínicas dentales ofrecen prótesis de quita y pon. En otras partes de la ciudad puedes ver calles levantadas llenas de escombros y basura, veréis trabajadores sin ninguna medida de seguridad, ríos contaminados... También hay árboles que parecen altares con dioses dentro, capillas... bodas donde los coches lo decoran con miles de flores, y los novios se llenan de oro y de trajes extravagantes, me recuerdan a las bodas gitanas. Cuando cae la tarde en una de sus plazas, en Durbar Square, se llena de personas que venden de todo, sólo tienes que sentarte un rato y observar todo lo que ocurre alrededor, en otros puntos de la plaza miles de fieles rezan a sus ídolos. Es uno de los lugares más importantes de la capital. Las estaciones de autobús y de tren son lamentables, tercer mundistas e ilegibles. Por las mañanas os recomiendo que os mezcléis con la población, recorrer las calles atestadas de puestos de todo tipo, donde podréis encontrar desde incienso muy barato hasta todo tipo de productos, todo es un caos. Veréis puesto llenos de velas, mujeres y hombres que llevan guirnaldas con flores naranjas... todo ello para adorar a sus dioses. Por las tardes os recomiendo que veáis a los niños que salen de la escuela, me recordaba a mí cuando era pequeño. Cuando terminan el colegio se ponen a jugar, con sus uniformes, en las estepas, juegan a los bolos, a pillar... son felices con cualquier cosa e incluso te invitan a que juegues con ellos. Los principales monumentos que visite fueron: Boudhanath: Boudhanath (Devanagari : बौद्धनाथ) (también llamado Bouddhanath , Bodhnath o Baudhanath o el Khasa caitya) es uno de los lugares sagrados budistas en Katmandú, Nepal. También se conoce como Khāsti en idioma nepal bhasa y como Bauddha o Bodh Nath por los hablantes modernos de Nepal. Situada a unos 11 kilómetros (7 millas) del centro en la periferia noreste de Katmandú, es una de las mayores estupas esféricas en Nepal, representando el mandala. La estupa budista de Boudhanath es una de las más grandes del mundo. La afluencia de grandes poblaciones de refugiados tibetanos desde China ha propiciado la construcción de más de 50 gompas (monasterios) tibetanos en torno al santuario. En 1979, Boudhanath fue nombrado uno de los lugares Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.​ Junto con Swayambhunath, es uno de los más populares sitios turísticos en la zona de Katmandú. Tras dejar cruzar la carretera un especie de arco te da la bienvenida, desde que entras te das cuentas que estas en otro mundo, a un lado y a otro gente de mil maneras y colores componen la atmósfera mágica lugar. A unos metros más adelante, a modo de gigante caído se levanta, o lo que queda de ella tras el terremoto del pasado abril, una de las estupas más grandes del mundo. Un muro rectangular encierra una enorme cúpula de color blanco, y en su perímetro varios objetos religiosos componen su arquitectura. En una de las puertas de la muralla hay en sus laterales dos cilindros llenos de letras, que según la tradición se giran mientras dices alguna oración y delante de ella hay un altar con alguna divinidad. La plaza está repleta de turistas, creyentes, monjes y tenderetes compuestos de velas y demás objetos religiosos me recuerda mucho a nuestra cultura cuando vas a algún lugar santo e intentan venderte velas. Llama la atención la cantidad de puestos que hay vendiendo esas flores o collares de flores amarillas y naranjas. En el lado contrario de la entrada hay una enorme campana de bronce bajo un arco dorado y miles de velas encendidas. En el interior de la estupa varios obreros reconstruyen la vasija o bumpa, mientras los turistas la visitan a codo con los creyentes. Lo primero que ves nada más entrar es la cantidad de suciedad que hay, las paredes blancas han dejado paso a un color oscuro, producto de la dejadez y la contaminación. Los ídolos colocados en sus jambas presentan las manchas producto también de los rituales. Pero aparte de todo esto, es un lugar con un gran poder, sus paredes están repletas de cilindros con mensajes, dioses, campanas... una arquitectura que hace pensar lo parecidos que somos y lo distantes que son nuestras creencias. Simplemente me encantó. Swayambhunath: Tras un viaje lleno de adrenalina y pequeño desde el hotel hasta la colina, llegué a este hermoso lugar; una enorme colina donde en su cima se esconde una de las estupas más increíbles del Nepal. Lo primero que ves son dos enormes budas sentados que a modo de vigilantes te invitan a que subas los 365 peldaños de una enorme escalera. A cada lado de la escalera hay multitud de puestos, donde los lugareños venden recuerdos la mayoría tibetanos, también por allí hay infinidad de monos y es que a este lugar se le conoce como el templo de los monos, ya que hay monos que viven en santas partes del templo en el norte-oeste. Los verás tumbados, dormidos, comiendo, saltando e incluso bebiendo zumo, ahora tener cuidados con vuestras pertenencias. Al llegar a la cima tendréis que pagar una pequeña entrada. El complejo Swayambhunath consiste en una estupa, ambién hay tiendas, restaurantes y hostales. El sitio tiene dos puntos de acceso: una larga escalera, que tiene 365 escalones, que conducen directamente a la plataforma principal del templo, que es desde la cima de la colina al este, y una carretera de coches alrededor de la colina del sur líder a la entrada suroeste. La primera vista al llegar a la parte superior de la escalera es el Vajra, en el hinduismo se llama así al arma de Indra, que fue realizado artesanalmente por Vishuá Karma (el artesano y arquitecto de los dioses) a partir de los huesos del rishí Dadhichi. El lugar lleno de turistas que buscan la mejor foto que llevar al lugar, se caracteriza por sus increíbles vistas de la ciudad. Todo el recinto esta repleto de tiendas, regalos, restaurantes y bares. La estupa presenta en su vasija los ojos de Buda mirando a las cuatro direcciones, detrás de esta encontramos una especie de pagoda y al lado un mar de pequeñas estupas de piedra me recuerdan que estoy en otro mundo. Los monos son los dueños y señores del lugar, además de hacer las delicias de los visitantes. La plaza Durbar: Es una plaza situada frente al antiguo palacio real de Katmandú en Nepal. Es una de las tres plazas Durbar en el valle de Katmandú, en Nepal, clasificadas como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y la que más ha sufrido las consecuencias del último terremoto. Es el lugar donde se encuentran los palacios reales de las dinastías nepalíes Malla y Shah, que gobernaron la ciudad. Punto de encuentro de la ciudad, repleto de templos, turistas, buscadores de vida, comerciantes y es que cuando cae el sol, la plaza se convierte en un enorme mercadillo, donde todo se vende. Una simple vuelta por la plaza, muestra el interés que tienen estas personas con sus dioses. En uno de sus templos el fuego es el protagonista, un hombre a modo de sacerdote y con la frente marcada de rojo, le ponía a los feligreses otras señales en sus frentes. En el centro se podía ver un plato de arroz, rodeado de frutas, verduras, velas y flores amarillas y naranjas. Todo me resultaba raro, en otro punto de la plaza, se alzaba la figura de Visnú con sus brazos, a la mente me llegaban las imágenes de los hecatonquiros griegos. Varios hombres le ofrecían cosas a la vengativa diosa. Delante de los pocos templos que quedaban en pie podemos ver en sus puertas perros o leones defensivos de blancos y verdes colores. Varios árboles centenarios hacen de capillas o altares. Varios templos están rodeados de sendos andamios dándoles una imagen de debilidad y abandono. Toda la plaza da la sensación de abandono, hay mucha basura, los templos están medio abandonados, la luz eléctrica es pesima, en fin nada queda de la gloria de antaño. Realmente una gran pena, donde debería reinar la belleza monumental, sólo queda las huellas del fatal terremoto, del cual la ciudad se recupera muy lentamente. La gastronomía de Nepal es única y genuina, su principal plato es “dal-bhat-tarkari”. Sopa hecha de lentejas y especias, y se sirve con cereal cocido, bhat, normalmente arroz, con un curry de verduras, tarkari. Como condimentos típicos cabe destacar pequeñas cantidades de salsa extremadamente picante, la cual puede estar hecha con ingredientes frescos o con alguna especie de salmuera fermentada. La variedad de este tipo de salsa puede asombrosa, y se dice que puede haber hasta 1000 tipos diferentes. Es típico también servir los platos acompañados con rodajas de limón o chiles frescos. Se presenta con un plato cilíndrico donde en su centro se coloca el arroz y alrededor lo demás. El café es malísimo, además tardan más de 20 minutos en servirlo y es que lo hacen calentando la leche en un recipiente mientras le dan vueltas, a medida que lo remueven añaden el café, pero puede decir que los tés son geniales y que existe una cafetería comercial en plena plaza Durbar. Por la mañana te sirven una especie de pancake con trozos de fruta a la que puedes poner algo de miel, están riquísimas. En la mayoría de los comercios de la calle sólo tienen el mismo dulce, una especie de concha con cuerpo de bizcocho, bañada en chocolate. También son típicas en la cocina nepalí las sopas de legumbres llamadas Kwati. La cocina de Nepal no es una cocina apta para todos los gustos, repleta de especias y de sabores fuertes. Pero no preocuparse ya que la mano occidental está presente en muchos de los locales de la capital. Kahtmandu una ciudad azotada por la desgracia donde sus gentes, de grandes corazones, intentan sobrevivir como pueden, un lugar que te hará pensar y donde realmente valorarás lo que tienes. Debéis venir aquí.

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