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martes, 25 de agosto de 2015

OKINAWA, EL ÚLTIMO ESCENARIO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Hoy mi blog estará dedicado a Okinawa. La Isla de Okinawa (沖縄本島 Okinawa-hontō) es la mayor de las islas Ryūkyū de Japón, con una superficie de 1201,03 km², donde se sitúa la ciudad de Naha, capital de la prefectura de Okinawa. En la isla se localizan las ruinas de seis Gusuku, fortalezas típicas de la cultura de Okinawa, que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Hasta 1879 —año doce de la era Meiji— el archipiélago del suroeste en el mar de China Oriental, que constituye hoy la provincia de Okinawa formaba el reino de las Ryukyu, estado soberano independiente del Shōgun y del emperador de Japón. El reino de las Ryukyu era pacífico. Como no estaba bajo el control de Japón, el reino de las Ryukyu era uno de los países tributarios de China, ya que el "Imperio del Cielo" en aquel entonces controlaba gran parte del sureste de Asia. Aquello le llevaba a un fructífero comercio con China, que llamó la atención del gran clan Satsuma (actual Kawoshima), de la Segunda Dinastía Sho en la Era Edo. En 1609, las Ryukyu fueron invadidas por el clan Satsuma. Acontecimiento denominado Invasión de las Ryukyu por el clan de Satsuma, que en la historia local se conoce como “la primera tragedia”. Al ser pacifista, influido por el budismo, el reino no permitía a la población tener armas y fue así como el clan de Satsuma pudo fácilmente invadirlo. Esa prohibición de uso de armas, y otras anteriores, se creen fueron -en parte- causa del desarrollo y crecimiento del Karate-do (lucha a manos desnudas) y el Okinawa Kobudō (lucha con aperos de labranza adaptados como armas y otros objetos hechos para la lucha) como artes marciales locales. Tras la invasión, el señor feudal de Satsuma decidió ocultar su dominio a los emisarios chinos que seguían viajando al reino de las Ryukyu. Sobre la base de esta política, las relaciones comerciales entre China y los Ryukyu siguieron como antes. Así pues, el archipiélago, a medio camino político entre China y Japón, adoptó desde ese momento un juramento doble de fidelidad hacia ambos países. Los chinos se habrían percatado del doble juego, pero decidieron no darle importancia. El Shogunato de Edo, a través del gobierno feudal de los Tokugawa, adoptó una política rigurosa de aislamiento del país entre 1636 y 1868, prohibiendo todo comercio con el extranjero, salvo para los intercambios oficiales con Holanda y China, que se realizaban en la pequeña isla artificial de Dejima en Nagasaki. Satsuma mantuvo a las Ryukyu bajo su yugo hasta la restauración de Meiji. El nuevo gobierno, que había depuesto al Shogunato de los Tokugawa en 1869, quiso a toda costa integrar el reino de las Ryukyu al territorio japonés, considerando que era importante para la defensa del país. En 1872 se constituyó el clan de las Ryukyu. En 1879, tras la abolición de los clanes y la división del país en administraciones territoriales bajo control directo de Tokio, se constituyó la administración de Okinawa. Se concluyó así la anexión del archipiélago a Japón, ignorando en todo momento la voluntad de sus habitantes. Históricamente esto se conoce como “la segunda tragedia”. En realidad, lo que fue percibido como una tragedia fue la interrupción de las relaciones con China —con la cual los okinawenses estaban profundamente ligados históricamente— y la presión ejercida sobre el archipiélago para imponer allí el sistema imperial que regía a las otras administraciones. “La tercera tragedia” tiene su origen durante la II Guerra mundial, cuando los estadounidenses, al desembarcar en Okinawa, hicieron del archipiélago el único territorio japonés donde realmente se enfrentaron las tropas estadounidenses y niponas. No sólo hubo víctimas entre los soldados, sino que también ciento cincuenta mil civiles encontraron la muerte. Las víctimas de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki son conocidas mundialmente, pero son desconocidas las víctimas de Okinawa. Tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, el país fue ocupado por las fuerzas de Estados Unidos. La ocupación estadounidense duró de 1945 a 1972, año en que se planteó el problema del regreso de Okinawa a la administración japonesa. Okinawa permanecería bajo control estadounidense hasta 1972, año en que sería devuelta al gobierno japonés. Pese a ello, como parte del Tratado de mutua cooperación y seguridad entre Estados Unidos y Japón, el Ejército de Estados Unidos mantiene allí cierta presencia, así como el control de la base aérea de Kadena. Tras bajarme del avión, procedente de Osaka, fui directo a coger el autobús que te lleva a la estación de autobuses de Naha, este es el número 25. Al llegar allí me puse en camino hacia el hotel cápsula por la calle Tsubokawa Dori hasta la esquina con Harbor Dori, decir que me costó mucho trabajo encontrar el hotel, la anécdota fue que le pregunté a un gorrilla por el hotel y me llevo hacia él sin pedir nada a cambio... Al llegar al hotel cápsula, la primera impresión fue regular, los zapatos no tenían taquillas, una recepción un poco cutre...pero luego conocería allí a unas grandes personas. Después de dejar las cosas, salí del hotel camino a un café y a conocer la ciudad, para ello tomé Kokusai Dori, hasta Sogenji Dori donde vi un atardecer hermoso y encontré el supermercado que me salvaría la comida...Tras varias fotos y vídeos seguí mi camino calle arriba hasta Himeruyi Dori, arteria principal de la ciudad de Naha, que llevó directamente al puerto, allí me senté tranquilamente tomando un red bull, mientras , lo tomaba observaba un barco con nombre de isla y me pareció buena idea que a la mañana siguiente me levantara temprano para cogerlo...Con la idea en la cabeza me levanté, volví por el mismo camino hacia el supermercado, compré la cena y el desayuno. Luego cené en el hotel y me acosté súper pronto, las cápsula de este hotel eran más cutres que las de Osaka, con menos tecnología, más antiguas, pero dormí bien a pesar de que el aire acondicionado estaba muy fuerte, fue en ese hotel donde vi el famoso sistema de evacuación en caso de incendio, era una especie de arnés como el de los alpinistas con el que podías tirarte por la ventana apoyándote con los pies. Son la ostia A la mañana siguiente me levanté muy temprano, desayuné y de camino al puerto, al que llegué a eso de las ocho de la mañana. Antes de comprar los pasajes del barco, pensé que isla conocer y decidí ir a Tokashiki, cuando fui a sacar los billetes delante de las taquillas había una que te preguntaba donde ibas a ir. En esa misma cola conocí a una pareja de españoles que también iban allí, eran un matrimonio de un finlandés con una española de Madrid, saludos desde Tanaporelmundo. A las 10 y media salía el ferry para la isla, antes de zarpar di una vuelta por el barco, era enorme y me recordó al que utilicé para ir a Rodas, la diferencia es que en este habían unas especies de tatamis para dormir. Antes de salir me subí a lo alto de él y grabé unos vídeos saliendo del puerto. Exactamente a la hora llegamos a la isla de Tokashiki, la Isla Tokashiki (en japonés: 渡嘉敷島 Tokashikijima, okinawense: トゥガイフィガイ Tugaifigai) es una de las islas Kerama en las Islas Nansei (Islas Ryukyu) en el sur del país asiático de Japón en el Océano Pacífico. Desde un punto de vista administrativo, es parte del distrito de Shimajiri en la Prefectura de Okinawa. La isla tiene una superficie de 15,31 kilómetros cuadrados y una población de 760 habitantes para el año 2010 básicamente viviendo en el pueblo de Tokashiki (渡嘉敷村, Tokashiki-son). Nada más llegar veo una enorme masa de vegetación, sin ningún edificio sólo el puerto, tras dejar el barco nos esperaban varios autobuses, cada uno a un lugar diferente de la isla, yo me monté en uno que me llevó a la playa la cual se encontraba en un pequeño pueblo de muy pocos habitantes, con varios bares y tiendas de alquiler de material para disfrutar del océano. Después de bajar un camino te topas con el paraíso, lo primero que recordó fueron las playas de Filipinas, el mar era tranquilo, de tonalidades azules, verdes, celestes...increíble, la arena fina de color blanca llenas de caracolas y de cangrejos ermitaños, a un lado habían palmeras donde la gente se refugiaba, además de sombrillas, en el otro lado había una gran roca en forma de acueducto. No había mucha gente y la que había llevaban miles de cosas para el baño, flotadores, manguitos, gorros, neupreno... jejeje como son estos japos. El sol quemaba mucho, así que decidí tumbarme bajo la vegetación y disfrutar de unas patatas observando al maravilla que tenía delante. Sobre las dos y media subí de nuevo a la parada, para tomar una ducha y subir al bus que salía a las tres de la tarde de allí. Sobre las tres y media llegamos al barco donde me monté y me quedé frito zzzzz, hasta llegar a Naha. Cuando llegué me tomé un café e hice un poco de gimnasia antes de irme al hotel. Cuando llegué a este, conocí a dos de las personas mas buenas que he visto en mis viajes, Thio y su hermana. Estuvimos hablando bastante tiempo de muchas cosas y cuando terminamos, tomé una ducha y salí a conocer la parte de Naha que no había visto. Lo primero que hice fue visitar la tienda de Beisball que había en el puente y desde allí llegué a la avenida principal de la ciudad. Mientras caminaba el tren pasaba por mi cabeza, me recordó a la Expo 92 de Sevilla. Tras andar un poco llegué a la calle Kokusai, me encantó, estaba llena de tiendas, regalos, ropa, restaurantes, algunas tiendas vendían licor con un dragón dentro, también habían algunas llenas de muñecos gigantes... Por sus aceras habían miles de personas, de todos lados y las tiendas no cerraban a la ocho, debido a que era zona de playa, me recordó mucho a los lugares costeros como Ibiza y Mallorca. En este lugar me tome un zumo de una fruta llamada Dragón, la cual sabía a plátano con nata y era de color rosa intenso. También encontré una tienda de regalos militares donde compré una camiseta para Miguel. Tras la vuelta por la calle turística busqué algo para comer y para el hotel. Al llegar a este estaba mi amiga Thio en el mostrador con la cual tuve una conversación muy entretenida e incluso hicimos un curso de Español Japonés, pasamos un rato muy entretenido, y al final me regaló un muñeco muy chulo, es el padre de alguien y es un ojo con patas, un abrazo muy fuerte a las dos hermanas de Okinawa, gracias chicas por esos momentos desde Tanaporelmundo. A la mañana siguiente me levanté un poco más tarde pues tenía todo el día por delante, tras desayunar me puse en marcha hacia la estación de autobuses para buscar el número 41 que me llevaría al sur de la isla, donde los japoneses se escondieron tras el bombardeo de las tropas americanas y que hoy es uno de los lugares más históricos del mundo. Pues tras casi una hora esperando el bus en varias estaciones decidí dejar esa aventura y conocer lo que me faltaba de Naha, caminé por la calle Naha inne loop, hasta donde me aburrí, no vi nada interesante, sólo me tomé una fanta de uvas, tras andar y andar llegué a la calle 58 y desde allí seguí otra calle que me llevó al templo de Kume, este era muy bonito, tenía dos torres huecas, también destacaba su vegetación y su gran lago donde reposaba una cascada de piedras, en la cima de esta había unos lugares para meditar, donde me eche una buena siesta. Tras ella me fui al supermercado que estaba en la misma calle, donde comí mientras veía un documental de Okinawa. Después de la comida fui a una playa pequeña que había por allí cerca, donde tras explicar el desembarco de los americanos, me puse a tomar el sol, bueno lo que había de este, la playa era pequeña, llena de personajes, el paisaje era algo feo, pues estaba dominado por un puente que dominaba el horizonte, lo que me llamó la atención fue unas redes que estaban donde la gente se bañaba y estaban ahí para que la gente no se ahogara, lo que siempre os digo estos japos son una pasada. El baño duró poco puesto que empezó a llover y encima el sitio no me gustaba pues todo el mundo me miraba, así que seguí mi camino hacia un parque que estaba allí cerca, dedicado a los caídos en la Segunda Guerra Mundial, al lado de este había un pequeño templo el cual visité, decir aquí que en esta isla se venera mucho a los dragones. El templo se llamaba Naminoue y estaba flanqueado por un enorme Tori, lo que me llamó la atención fue el ritual que allí dentro se hacía, este consistía en un hombre con una especie de guitarra cantando. Tras las fotos, me fui a hacer un poco de ejercicio en el mismo lugar que lo hice ayer, en ese parque recordaré siempre a aquella persona mayor con su bastón sentado en aquel banco de color marrón, que sobre las seis de la tarde se sentaba a tomar el aire, el cual me miraba cada vez que entrenaba...Ese hombre fue testigo de lo que allí ocurrió. Un saludo para el viejecito del pelo plateado y cara arrugada, desde Tanaporelmundo. Después de entrenar toco merendar y tras dejar el parque atrás, seguí mi camino por la calle 42 hasta la calle 58 la cual me llevó a la estación de autobuses y desde ahí en el 25 llegué a el aeropuerto. Aquí pongo punto y final a esta isla, que aunque ahora es un punto turístico, fue 70 años atrás testigo mudo de la barbarie del ser humano. Os recomiendo viajar desde Japón a esta isla, hay vuelos desde 140 € ida/vuelta.

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