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viernes, 8 de mayo de 2015

SEGOVIA, LA CIUDAD DEL ACUEDUCTO

Hoy mi blog estará dedicado a Segovia. Segovia es una ciudad española en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, capital de la provincia del mismo nombre. Se sitúa en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarrama. El poblamiento humano en el entorno de lo que hoy es Segovia se remonta a hace unos 60.000 años, fecha en que ha sido datada la ocupación neandertal del Abrigo del Molino en el valle del Eresma, a tan solo 500 m del emplazamiento del alcázar. Fueron pues, los neandertales, los primeros en ocupar el territorio de lo que con el tiempo se convirtió en la ciudad de Segovia. Cerca de este abrigo, en la cueva de la Tarascona y en otros emplazamientos al aire libre en el entorno periurbano de Segovia, se localizan evidencias del Calcolitico y la Edad del Bronce. En el lugar que hoy ocupa el alcázar existía un castro celtíbero, del que se conocen algunas evidencias, como su posible foso. Durante la época romana, Segovia pertenecía al convento jurídico de Clunia. En la Hispania visigoda fue sede episcopal de la iglesia católica, sufragánea de la Archidiócesis de Toledo que comprendía la antigua provincia romana de Cartaginense en la diócesis de Hispania. Durante la Edad Media la Comunidad de villa y tierra de Segovia se extendió más allá del Sistema Central Se cree que la ciudad fue abandonada tras la invasión islámica. Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI de León y Castilla, el yerno del rey Alfonso VI, el conde Raimundo de Borgoña, junto con el primer obispo de su reconstituida diócesis, empezó la repoblación de Segovia en 10882 con cristianos procedentes del norte de la península y de más allá de los Pirineos, dotándola de un amplio concejo cuyas tierras cruzaban la sierra de Guadarrama e incluso la línea del Tajo. Véase también: Comunidad de villa y tierra de Segovia Durante el siglo XII sufrió importantes disturbios en contra de su gobernador, Álvar Fáñez, y posteriormente como parte de las luchas del reinado de Urraca de Castilla. A pesar de estos desórdenes, su situación en las rutas de la trashumancia la convirtió en un importante centro del comercio de la lana y de las manufacturas textiles (cuya existencia está documentada desde el siglo XII). El final de la Edad Media es una época de esplendor, en la que acoge una importante aljama hebrea; sienta las bases de una poderosa industria pañera; desarrolla una espléndida arquitectura gótica y es corte de los reyes de la Casa de Trastámara (ya Alfonso X el Sabio había acondicionado el alcázar como residencia real). Finalmente, en la iglesia de San Miguel de Segovia Isabel la Católica es proclamada reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474. Como todos los centros textiles castellanos, se unió a la sublevación de las comunidades, teniendo una intervención destacada, al mando de Juan Bravo. A pesar de la derrota de las comunidades, el auge económico de la ciudad continuó durante el siglo XVI, llegando en 1594 a 27.000 habitantes. Después, como casi todas las ciudades castellanas, entró en decadencia, de forma que apenas un siglo después, en 1694, sólo contaba con 8.000 habitantes. A principios del siglo XVIII se intentó revitalizar su industria textil, con escaso éxito. En la segunda mitad del siglo, dentro de los impulsos ilustrados de Carlos III, se hace un nuevo intento de revitalización creando la Real Compañía Segoviana de Manufacturas de Lana (1763). Sin embargo, la falta de competitividad de su producción hizo que la corona le retirase su patrocinio (1779). También en 1764 se había inaugurado el Real Colegio de Artillería, la primera academia militar de España, que todavía se encuentra en la ciudad. En 1808 fue saqueada por las tropas francesas durante la guerra de la Independencia. Durante la primera Guerra Carlista las tropas del pretendiente Carlos de Borbón atacan sin éxito la ciudad. Durante el siglo XIX y primera mitad del XX, experimentó una recuperación demográfica fruto de una relativa revitalización económica. Mi viaje comienza tras llegar de Soria, antes de dejar el coche en el aparcamiento me impresionó la bienvenida que me dió la ciudad con su acueducto de fondo, tras quedarme de piedra y dar la vuelta a la glorieta dejé el coche en un aparcamiento subterráneo que hay en frente del monumento. Tras dejarlo y subir al exterior me encaminé hacia el enorme monumento, la impresión que me llevé de él fue como la primera vez que vi el Coliseo o las pirámides de Egipto, ¿cómo hicieron esto?... en mi opinión este es el monumento más impresionante de toda España. Es increíble como todavía se sostienen esos arcos, como ha sobrevivido al paso de los siglos... es como un gigante que vigila constantemente la ciudad. Hablemos un poco de él. El Acueducto de Segovia, localizado en la emblemática plaza del Azoguejo, es el símbolo distintivo de la ciudad; se desconoce la fecha de su construcción, que pudo llevarse a cabo a finales del siglo I o principios del siglo II, y se trata de la obra de ingeniería civil romana más importante de España. Fue realizado con unos 25.000 sillares de granito unidos sin ningún tipo de argamasa, tiene una longitud de 818 metros, consta de más de 170 arcos y su parte más alta mide 29 metros, medida que alcanza en el Azoguejo, su zona más visitada. Dejando atrás el acueducto y atravezando la plaza del Azoquejo, llegamos a la Av. Fernández Ladreda y tras pasar por la Parroquia de San MIllán, llegamos a la calle Santo Domingo de Silos donde hay un restaurante en el cual cené por primera vez en vida cochinillo. Decir que el cochinillo se pide por piezas y no entero, el precio de la porción es de unos 18€ y entero de 90€, decir que a mí no me gustó mucho, es algo graciento y me supo a poco. Tras la cena seguí por la calle San Millán hasta el paseo de los Tilos y desde aquí bajé al paseo de Ezequiel González y desde este hasta la Av. Fernández Ladreda y desde aquí de nuevo a el acueducto. Antes de llegar me tomé un helado sentado en las escaleras que te llevan a las murallas medievales que se encuentran en la calle San Juan. A medida que ascendía más cerca del acueducto más me impresionaba y más observaba la majestuosidad de la obra, al llegar arriba ves unas vistas únicas de la ciudad. En la parte izquierda de las murallas hay una placa que habla del arcipreste de Hita y al final del recorrido hay un cartel informativo que te muestra hasta donde llegaba el acueducto. Después de unas fotos bajé y antes de irme a dormir me hice unas fotos con una estatua que hay de Rómulo y Remo, poniendo punto y final a mi viaje. De esta ciudad me queda mucho por ver, su catedral, su alcázar... dejando el acueducto de lado, Segovia es una ciudad romantica, ideal para enamorados ya que su conjunto histórico recuerda a esas historias de princesas y caballeros. Sus edificios actuales no aportan mucho y son los mismos que podemos ver en cualquier ciudad de la meseta centro-norte, pisos y apartamentos de colores marrones, ocres, rojos... me queda mucha Segovia por ver y para terminar decir que os la recomiendo mucho.Para más información: http://www.segoviaturismo.es/home.php

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