Hoy mi blog irá dedicado a Frigiliana. Es un municipio de la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía, España. Se encuentra situado en la comarca de la Axarquía, la región más oriental de la provincia, e integrado en el partido judicial de Torrox.
La historia de este pueblo comienza alrededor del 3000 ac cuando aquellos hombres del neolítico se asentaron en las cuevas de la zona. Los primeros pobladores fueron los fenicios, allá por el siglo VII ac, como muestra la necrópolis encontrada. De la presencia romana tenemos su nombre, el cual proviene de un antiguo romano llamado Frexinius. Los romanos dejaron aquí el cultivo de la vid. En el 711, con el desembarco del capitán bereber Tarik en Gibraltar, quedó toda la zona en manos musulmanas. Los árabes introdujeron la transformación de la agricultura construyendo parte del sistema hidráulico de acequias y albercas que todavía se conservan. Introdujeron cultivos nuevos como la caña de azúcar y variedad de cultivos de huerta. Y en siglo IX su castillo. En 1569 calló definitivamente en manos cristianas.
El 24 de mayo de 1640, por real cédula de Felipe IV se concedió a Frigiliana el título de Villa, independizándose, de esta forma, de la jurisdicción de Vélez-Málaga.
Entre los años 1810 y 1812, varios soldados franceses desaparecieron en el pueblo, como represalia los franceses mataron a varios pueblerinos, en el paraje “La Horca”, nombre que recibió el lugar a partir de estos hechos. En 1833 perteneció por fin a Málaga. El siglo XX, estuvo marcado por los reiterados terremotos de 1921, 1922 y 1924 a lo que se sumó el devastador huracán de 1928 que arrasó todo lo que encontró a su paso.
En 1982 recibió el Primer Premio Nacional Embellecimiento de los pueblos de España y en 1988 fue galardonada con el Primer Premio del Concurso de Mejora y Embellecimiento de los Pueblos de Andalucía.
Mi viaje comienza dejando el coche en una enorme plaza, desde ella en todo lo alto se encuentra el pueblo, donde sus blancas paredes brillan bajo el sol de una tarde de Junio. Para llegar nos ponemos en marcha, por medio de una enorme cuesta que te lleva a una esquina particular...
En aquella esquina y a modo de anfitrión te dan la bienvenida varios autómatas, y es que este pueblo está lleno de ellos, los verás en todas partes y si quieres que actúen simplemente échales un poco de plata... entre la ilusión y el misterio, estos autómatas te harán despertar una sonrisa o tus miedos más remotos...
Lo primero que te encuentras en la subida es lo que queda del Palacio de los Condes de Frigiliana, conocido como el Ingenio, del siglo XVI y de estilo renacentista, donde todavía hoy se pueden apreciar algunas estancias.
A partir de aquí, el trazado cambia, sus calles empinadas, sinuosas y laberínticas, evocan su legado árabe, todas ellas decoradas con casas encaladas, de mampostería y de tejados coloniales. El pueblo es una auténtica joya arquitectónica, una oda a la belleza. Todo lo que hay te gusta, en cada rincón en cada esquina todo está puesto como si fuera una exposición. A veces pareces perderte entre aquellas blancas casas de ventanas azules y tejados centenarios. Sus calles silenciosas encierran entre sus muros lo que allí se vivió, en ellas la imaginación, el misterio y la leyenda van de la mano.
Dejamos atrás el barrio morisco, para adentrarnos en la calle del Peñón, una enorme escalera-cuesta nos llevará a la cima, donde las vistas son espectaculares, un lugar ideal para los enamorados y los amantes de la fotografía. Lo verde se mezcla con lo blanco y este con el azul del mar. Un lugar que envidiaría cualquier pintor del renacimiento.
Y antes de partir tenéis que disfrutar de su artesanía, muy conocida a nivel mundial.
Frigiliana uno de los pueblos más bonitos de España y para mí el más bonito de los pueblos de Andalucía, un lugar a caballo entre el mar y la montaña, una joya de nuestra hermosa tierra, ideal para visitar en cualquier época del año.
Para más información: http://www.frigiliana.es/
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