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miércoles, 20 de enero de 2016

ANTEQUERA, LA CIUDAD DEL BIENSABE

Hoy mi blog ira dedicado a la gran ciudad de Antequera. Antequera es una ciudad y un municipio español de la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía. Situada en el norte de la provincia, es el centro de la comarca que lleva su nombre siendo el término municipal de ña población Cordobesa de "Monturque"el centro geográfico de la comunidad aitónoma de Andalucia. la cabeza del partido judicial homónimo. En el año 2013 contaba con 41620 habitantes. Su término municipal tiene una superficie de 749,34 km² y una densidad de 55,82 hab/km² y se encuentra situado a una altitud media de 575 msnm. Por su población, Antequera es el primer municipio del interior de la provincia y el mayor en cuanto a superficie, siendo además el vigésimo cuarto más grande de España. Antequera se encuentra en un enclave geográfico estratégico, por estar situado en el centro de Andalucía, donde confluyen las principales vías que comunican Málaga con Córdoba y Granada con Sevilla, las cuatro mayores ciudades de la comunidad autónoma. La ciudad se encuentra a 45 km de Málaga y a 115 de Córdoba, ciudades con las que está comunicada por tren de alta velocidad y la autovía A-45, y a 160 de Sevilla y 102 de Granada, con las que está comunicada mediante la autovía A-92 y, en un futuro próximo, también por alta velocidad, una vez terminado el Eje Ferroviario Transversal. Por su situación estratégica de comunicaciones, con cuatro aeropuertos situados a una hora aproximada de distancia y en la vía ferroviaria del Puerto de Algeciras, Antequera se perfila como un importante centro de infraestructura logística, con varios parques empresariales y el nuevo Centro Logístico de Andalucía. Además, la Vega de Antequera, regada por el río Guadalhorce, es una zona agrícola fértil que proporciona cereales, aceite de oliva y hortalizas en abundancia. Su nombre tiene origen en Anticaria, la antigua denominación romana, luego Antaqira en árabe, aunque varios yacimientos repartidos por el término municipal atestiguan que la zona estuvo habitada desde hace más de 6.000 años. De su pasado conserva un extenso patrimonio arqueológico y arquitectónico, destacando el conjunto de dólmenes de Menga, Viera y El Romeral, así como numerosas iglesias, conventos y palacetes de distintas épocas y estilos. De su entorno físico destaca el Paraje Natural de El Torcal, famoso por las caprichosas formas de sus rocas calizas, que conforman uno de los paisajes kársticos más importantes de Europa. Antequera fue uno de los centros ligados a los inicios del nacionalismo andaluz, donde se redactó la Constitución Federal de Antequera en 1883 y se acordó el llamado Pacto Autonómico de Antequera en 1978, que condujo a la consecución de la autonomía para Andalucía. Es antigua ambición de esta ciudad ser sede del gobierno andaluz, votación que perdió en su día en favor de Sevilla. Historia:germanos destruyeron junto con Antikaria, Singilia, Nescania, Osqua y Aratispi, dejándolas arrasadas, aunque en el caso de Singilia todos los hallazgos testimonian que continuó ocupada en época musulmana hasta el siglo XII, así como su importancia en época alto-imperial. Lo mismo sucede con Antikaria, en la cual entraron las tropas árabes mandadas por Abd al-Aziz ibn Musa, tras el tratado que celebró en Orihuela con el monarca godo Todmir o Teodomiro. Durante la dominación árabe se la conoció como Medina Antakira y se fortificó con una alcazaba y una muralla defensiva. Fernando I de Aragón, conquistador de Antequera. Desde mediados del siglo XIII, tras la caída de Sevilla y Jaén, es cuando Antakira empieza a adquirir importancia como centro de operaciones militares, debido a su cercanía a la frontera entre cristianos y musulmanes. La importancia que en Castilla se atribuía a la conquista de la ciudad se evidencia por el hecho de que asumiera personalmente su realización el propio regente Fernando, que gobernaba en nombre de su sobrino Juan II y que ha pasado a la historia con el sobrenombre de "el de Antequera". Después de varios intentos infructuosos, el asalto final de los castellanos comenzó el 20 de abril de 1410 y no terminó hasta el 22 de septiembre, cuando los andalusíes negociaron la entrega de la ciudad a cambio de caballerías para su retirada a Archidona. Después de la conquista, fue declarada ciudad por una real cédula de 9 de noviembre de 1441. Durante toda la conquista castellana fue centro neurálgico y fronterizo de choque, punto de partida para conquistas posteriores, como las campañas de Álora y Casarabonela, y sobre todo plataforma de expediciones contra el Reino nazarí de Granada. En 1466, el rey Enrique IV concede el título de "muy noble" a la ciudad de Antequera por los heroicos servicios prestados por sus moradores. A partir de la conquista de Granada en 1492 la ciudad comienza a transformarse y a extenderse fuera de las murallas, aumentando su población al calor de sus fértiles tierras y a la ausencia de enemigos. Bajo el dominio castellano, la ciudad siguió siendo un importante centro comercial debido a su ubicación, su floreciente agricultura y a la labor de sus artesanos, que contribuyen en el crecimiento cultural de la ciudad. Pero va a ser durante los siglos XVI y XVII cuando la ciudad experimenta un aún mayor crecimiento demográfico, llegando a ser una de las ciudades comerciales más importantes de Andalucía, debido principalmente a su ubicación como encrucijada de algunas las principales rutas comerciales. En estos siglos fallecieron Pedro Espinosa, Cristobalina Fernández de Alarcón y Luis Martín de Plaza, poetas destacados de la llamada escuela antequerana. Palacio de Villadarias. En el año 1500, los Reyes Católicos conceden licencia a la ciudad para que esta cediera 700 varas de terreno en las que poder labrar un monasterio bajo la advocación de San Zoilo, por los Frailes de la Observancia de San Francisco. Además, los mismos reyes fundaron la Real Colegiata de Santa María La Mayor, que desde ese momento se convirtió en el referente cultural antequerano. En 1573 aparece la primera imprenta, siendo Antequera la séptima ciudad andaluza en tenerla después de Sevilla (1472), Granada (1496), Osuna (1549), Baeza (1550), Córdoba (1556) y Jerez (1564), a pesar de que no contaba con universidad, aunque sí contaba con una cátedra de gramática adscrita a la Colegiata. En el siglo XVIII es cuando la ciudad alcanza su mejor momento. La ciudad se transforma y numerosas congregaciones religiosas se asientan en la ciudad y construyen numerosas casas, capillas e iglesias, hasta convertir a Antequera en una auténtica ciudad conventual. La nobleza también realiza encargos de nuevos palacios y surge entonces una importante actividad artística destinada a nutrir, no solo los numerosos conventos y palacios antequeranos, sino también los de poblaciones vecinas y de otras provincias.En esta época, Antequera fue una de las ciudades andaluzas con mayor actividad manufacturera, especialmente en lo relacionado con la industria textil, basada sobre todo en la lana, y en menor medida en la seda y el lino. Hacia 1755 la ciudad contaba con 87 fabricantes textiles que disponían de 147 telares. Por su importancia, en 1765 se le concede el título de “Real” a la Fábrica de Lanas, Paños y Bayetas. La mayor parte de las fábricas se concentraba en la ribera del Río de la Villa, que proveía de energía a las instalaciones. Mi primera parada fue para dejar el coche en unas de las cercanas calles a su centro. Empecé mi recorrido por la calle Infante Don Fernando, hasta la calle Rastro que se encuentra en lo alto del cerro. Desde aquí las vistas de la ciudad son alucinantes, por un lado el pueblo a tus pies y en el horizonte la nariz del indio que todos imaginamos en la peña de los enamorados. Tras varias fotos de estas vistas de película dejo atrás la muralla para atravesar la mítica puerta o arco de los gigantes, una puerta del siglo XVI, con inscripciones latinas procedentes de la antigua ciudad de Anticaria. Después de maravillarme con el famoso arco, me dirijo hacia la alcazaba de Antequera, que tras pagar su entrada me pongo a recorrerla. Su Torre del homenaje tiene planta angular y está considerada como la de mayor anchura de las musulmanas andaluzas, a excepción de la Calhaorra de Gibraltar. Se corona la torre antequerana con un templete-campanario construido en 1582 para colocar la campana y el reloj de la ciudad. Desde el momento de su construcción se le conoce como el Reloj de Papabellotas, por haber tenido que vender la ciudad un alcomocal de propios para sufragar los gastos ocasionados. La Torre Blanca, unida a la anterior por un lienzo de murallas reforzado por dos contrafuertes, sorprende por la perfecta ejecución de su fábrica de sillería. Tiene dos plantas sobre la altura del adarve y sus diferentes estancias se cubren con distintos tipos de bóveda de ladrillo. El interior se ilumina con troneras y ventanas en arco de herradura. Dentro de lo que llamamos anillo de medina construido en el siglo XIV para dar cobijo a los musulmanes expulsados por la conquista castellana. Del resto de la cerca amurallada aún se conservan el postigo y la Torre Albarrana de la Estrella, junto a los lienzos de murallas recuperados de la Plaza del Carmen, y la llamada Puerta del Agua, que en realidad es un portillo junto a otra Torre albarrana. La Torre Torcida, desembarazada en nuestros días de las edificaciones que la ocultaban, era también una torre albarrana cilíndrica a la que le falta el arco de comunicación con la muralla. Lo primero que me encuentro son unas escaleras que te llevan hacia la parte alta de la construcción, a medida que avanzaba me encontraba con los restos antiguos de la mezquita que se encuentran en el recinto de la alcazaba, delante de estos se encuentra el patio de armas defendidos y coronados por la torre del homenaje que se conserva en perfecto estado. Mi visita sigue por la parte exterior de la muralla que me lleva a visitar parte de las antiguas torres y de su camino de Ronda, desde aquí las vistas tanto de la ciudad como de la alcazaba son espectaculares. Después de recorrer su muralla, me puse encamino hacia la torre del homenaje haciendo una pequeña parada junto a la mazmorra que había en la entrada. En uno de los puntos de la muralla junto a la entrada de la torre, me llamó la atención una falsa puerta o antiguo acceso que todavía se conserva. El acceso a la torre se hace a través de unas escaleras que te llevan al interior de la misma, tras traspasar la torre sales a un camino de Ronda que te lleva directamente a la torre del homenaje, esta es enorme y esta muy bien conservada y restaurada, en su interior hay un poco de decoración mozárabe, con la que te puedes hacer algunas fotos, tiene tres plantas comunicadas con escaleras de fácil acceso que te llevarán a la azotea para que contemples sus espectaculares vistas. Terminada la visita, vuelvo de nuevo por el camino de Ronda hasta la siguiente torre coronada por un campanario en forma de aguja, la decoración de esta segunda torre es algo más vulgar, destacando varias piezas de artillería, así como las tripas de su campanario. Dejo la alcazaba detrás y me encamino a la concatedral, iba de camino, cuando de repente una calle me llamó la atención, era el callejón del aire, llamado así debido a las fuertes corrientes de aire que allí se producen. Al lado de este callejón se encuentra la Colegiata de Santa María la Mayor. La Real Colegiata de Santa María La Mayor es una colegiata situada en Antequera, en la provincia de Málaga. Fue fundada por iniciativa del obispo don Diego Ramírez de Villaescusa, al cargo por entonces la diócesis de Málaga; quien, considerando el numeroso vecindario que había alcanzado la ciudad obtiene del Papa Julio II en 1503 la oportuna bula para erigir en Colegiata la antigua Iglesia de Santa María de la Esperanza. Once años más tarde, el mismo obispo dispone la construcción de una nueva fábrica colegial, que denominó de Santa María la Mayor. Obra del arquitecto Pedro del Campo, se considera la primera iglesia columnaria levantada en Andalucía, y una de las primeras de España. Su construcción se realiza entre los años 1514 a 1550 y constituye, por tanto un primer intento de arquitectura renacentista, en un momento en el que todavía estaba vigente en España el gusto por el gótico, al que sin duda hacen referencia los repetidos pináculos de la fachada. Hacia 1535 trabaja también Pedro López, por entonces Maestro Mayor de la Catedral de Málaga, en esta interesantísima iglesia de planta basilical de tres naves, con una fachada que responde en su composición a la estructura de su planta interior: tres cuerpos verticales cerrados con arcos triunfales, con puertas de acceso desiguales de medio punto que se rematan por nichos avenerados. Y también interviene en la construcción de la iglesia el arquitecto Diego de Vergara, quien se ocuparía de las trazas de su Capilla Mayor. Es sin duda el edificio renacentista más importante de la ciudad. El templo fue levantado para albergar la antigua colegiata y duraron las obras desde el año 1515 hasta el año 1550. Su estilo es renacentista, tiene un techo de madera de estilo mudéjar y tres naves una central y dos tribunas con algunas capillas, la capilla mayor tiene una bóveda de estilo gótico con nervaduras, carece de decoración y está prácticamente vacía, lo único que me llamó la atención fue una talla de la Talasca, una virgen tirada por una serpiente con varias cabezas, como la hidra de lerna de la mitología griega, en alguna de sus naves encontré algún cantorá apoyado sobre los famosos atriles que daban vueltas en el coro, su portada recuerda al gótico veneciano. Para concluir decir que no me gustó mucho sobretodo su interior, antes de concluir mi visita por la alcazaba me hice una foto para el proyecto www.dolmenesantequerapatrimonio.com. De vuelta bajando por la cuesta zapateros llegué hasta una pequeña plaza coronada por una bonita fuente, era la plaza de San Sebastián donde se encuentra la iglesia del mismo nombre. Dejando ambas atrás seguí mi camino por la calle de la Encarnación hasta la plaza del coso viejo donde en su centro se encuentra la estatua del Infante Don Fernando y la fuente de los cuatro elementos, también en esta plaza se encuentra el museo de historia de la ciudad el cual estaba cerrado y no pude visitar. Seguí mi camino de nuevo por la calla de la Encarnación hasta la calle Don Fernando, donde me hice algunas fotos junto a la portada del hospital de San de Juan de Dios y junto a la estatua de la mujer antequerana. Caminando la calle arriba llegué a la calle Alameda de Andalucía donde me hice una foto junto a la puerta de Estepa, una escultura de tres arcos de medio punto de ladrillo rojo. Luego crucé la plaza de la constitución hasta el paseo real desde donde tomé unas fotos muy bonitas de la plaza de toros de Antequera poniendo punto y final a mi viaje. Antequera es una ciudad digna de visitar, después de Ronda es una de las ciudades con más historia de la provincia de Málaga,sus calles repletas de monumentos son el reflejo del paso de las culturas a lo largo del tiempo, en un paseo que dura menos de dos horas recorremos varios siglos que van desde los visigodos hasta la época contemporánea. Sus calles de edificios zaínos señoriales se mezclan con la cal de las fachadas blancas coronadas con tejados de claros marrones. Es un lugar donde cultura y gastronomía van de la mano, el paso de los distintos pueblos han hecho de este hermoso pueblo un lugar de buenos platos, como las migas, el mollete con aceite, la porra o el bienmesabe... son algunos de estos ejemplos culinarios... Lugar de magia y de misterio con el torcal y los dolmenes a un lado y al otro la peña de los enamorados, aquella cosa de la naturaleza con forma de cara de indio. En fin esta ciudad es hermosa, monumental, histórica y cuna de lo que somos en Andalucía, os recomiendo visitar esta joya del sur. http://turismo.antequera.es/ Los

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