MONTE GORDO EL ALGARVE PORTUGUÉS
Buenos días seguidores mi blog hoy estará dedicado a Monte Gordo. Monte Gordo es una freguesia portuguesa del concelho de Vila Real de Santo António, en el distrito de Faro. Tiene 4,12 km² de área y 3.308 habitantes (2011). Densidad: 802,9 hab/km². Fue elevada a la categoría de vila el 12 de junio de 2001. Apenas a 3 km de Vila Real de Santo António, este antiguo pueblo de pescadores, situado entre un vasto pinar y el mar fue pionero en la explotación turística del Algarve, con la construcción de uno de los primeros hoteles de la región en los años sesenta. Monte Gordo ofrece, además de una magnífica playa, otras actividades de ocio, como el Casino, y un gran número de bares y de restaurantes donde se puede apreciar la gastronomía del Algarve, rica en pescado y mariscos. Es de destacar la procesión de Nuestra Señora de los Dolores (Nossa Senhora das Dores, en portugués) el 2º domingo del mes de septiembre, acompañada por barcos de pescadores meticulosamente adornados, a lo largo de toda la bahía. Mi viaje a este pueblo del sur de Portugal, sucedió hace ya tres años. Después de salir de Huelva y hacer unos 60 km llegamos a este pueblo, a su playa “Montegordo”. Esta playa es una pasada, kilómetros y kilómetros de arena fina, poca gente, casi virgen, un ambiente muy bueno y relajado. El único inconveniente es que el agua está helada y yo prefiero más el Mediterráneo. No es una playa de ambiente festivo, no hay música, pocos chiringuitos y ambiente más familiar. No es una playa para ligar. Una de las cosas que tenéis que probar, son los bolines, estos son unos dulces de crema o sin crema muy típicos en Portugal y sólo cuestan 1€. Os recomiendo mucho esta playa. Tras varias horas al sol y hartos de la calor decidimos coger el coche y visitar su centro. Salimos de la Avenida Infante Dom Henrique y aparcamos el coche en la Rua dos Pescadores. Tras aparcar seguimos por esta calle hasta una perpendicular que te lleva a la Rua Dom Francisco de Almeida, en esta calle hay muchos restaurantes y heladerías. Después de un helado seguimos nuestra visita por las calles del centro, por la Rua Jao Da Nova, Rua Fernao de Magalhaes… estas calles son peatonales con suelos de mármol, restaurantes, bares y tiendas de regalos. Tampoco hay mucho que visitar. Tras un café decidimos poner punto y final y regresar a por el coche. Decir a los amantes de las apuestas que esta localidad cuenta con un enorme casino. Este pueblo es 100 % turístico y os lo recomiendo como punto de visita para conocer el Algarve portugués.
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